Moroi: realidad o superstición vampírica del siglo XVIII
(Extracto - revista El Mundo Sobrenatural nº7 julio/2016 - Ver ON LINE - Descárgatela )
Nos encontramos ante una criatura que testimonios europeos del siglo XVIII aseguraron que habrían sido capaz de sobrevivir bajo el sol, pese a que la luz del día no fuera el mejor momento de la jornada para deambular a sus anchas. En la frontera del este de Europa cinco lugareños afirmaron haber sido embestidos por morois. La declaraciones fueron investigadas por un galeno húngaro de nombre George Tallar, quien exhumó a tres finados para su estudio por ser considerados autores materiales de los ataques. Antes de centrarnos en la bestia y en una serie de casos que acontecieron durante ese siglo, especularemos —¡Cómo no!— con el origen de los vampiros en la Historia.
La sangre, elemento trascendental de la vida, ha simbolizando en la mayoría de creencias un fundamento sagrado, siendo incluso la esencia de ancestrales rituales donde el fluido rojo humano era más codiciado que el de los animales sacrificados, y el macabro sustento de depredadores de ultratumba, según reflejan las viejas crónicas u otros restos arqueológicos. La cultura mesopotámica —Según lo dictámenes de la historia, primera civilización del planeta; ocupando el periodo que converge entre el 4000 y el 500 a.C en la garganta situada entre los ríos Éufrates y Tigris— fue territorio de veneradas divinidades para la defensa y custodia frente a las devastadoras epidemias y fuerza destructora de la madre naturaleza. Pero también representó el proscenio de oscuros rituales de invocación diabólica y entidades malignas, generando aterradoras fábulas atávicas.
La aparición de la primera bestia sedienta de sangre surgiría en las más antediluvianas culturas, como atroces seres del inframundo practicantes de canibalismo, cuya evolución en el transcurso de los tiempos daría paso al mito del vampiro que infestaría, sobre todo, la Europa del Este a partir del siglo XVII (...)
